jueves, 29 de diciembre de 2016

Pepita Jiménez

Otros dos meses y ya ni vergüenza me da. Qué pena de blog y qué pena de mis ganas de escribir, que ni están ni se les espera...

Terminamos este año de los seis libros con un clásico de la literatura española, aunque sea solamente por el nombre, es imposible que no te suene Pepita Jiménez, de Juan Valera. Aunque sea porque lo mencionaban en un libro de texto, que es de lo que me sonaba a mí.

Es un libro muy cortito, con una primera mitad bastante aburrida aunque luego se pone algo más entretenida. Y ahora os lo voy a contar entero, porque es necesario para desarrollar mi teoría de historia de la literatura.

Mi teoría es que el primer chick-lit en español: Chico (Luisito) conoce a Chica (Pepita). De primeras pasa bastante de ella pero en seguida le da esa mencionitis que nos da a todos cuando nos gusta alguien, que aprovechamos cada oportunidad para sacar su nombre a colación, y así el Chico se va prendando de la Chica.

Pero claro, tiene que haber un obstáculo, cuanto más complicado mejor, para que ponga difícil el triunfo del amor. Aunque ya os digo que desde la página DOS es bastante obvio cómo va a acabar la cosa, igualito que en cualquier libro de este género. En este caso tenemos un par de obstáculos muy rollo novela rosa: Chico va a meterse a cura (hola, El pájaro espino) y Chica tiene un pretendiente que chanchanchaaaaaan resulta ser el padre del Chico. Venga, negadme alguno que esto no es pura novela rosa y muy rollo chick-lit. Cada vez se ven más y claro, al final, en un giro de lo más sorprendente de los acontecimientos, resulta que se enamoran (oh, vaya, qué sorpresa)

Chico es un flojo y no se atreve a coger las riendas de su vida, total, que dice que sí, que se va para ser cura, que es su obligación. Chica se niega a verle durante semanas, dolida por su abandono y un poco con el rollo este antiguo de dejarse morir de la pena en un sofá. Pero claro, Chico no puede irse sin verla una última vez, y claro, nos liamos, nos liamos y al final, se besan, claro.

Chico ya no se va a hacerse cura. Un obstáculo menos. El segundo obstáculo se quita del camino él solito, porque se da cuenta (como todos porque son unos obvios) de que su amada Chica en realidad a quien ama es a su hijo y mira, le pilla ya mayor el rollo romance y piensa que le va mejor ser un abuelito joven.

Luego pasa una movida con un conde que no pinta nada y finalmente Chico y Chica se casan y tienen un niño que se llama Periquito. Se van de viaje por Europa y cuando vuelven deciden que ya no salen más del pueblo, que las perdices de pueblo son mejores y que se las comerán todas allí. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Ahora vendrá alguno de mis compañeros y hará un análisis mucho más sesudo y probablemente, más acertado. Podéis leer sus opiniones en los blogs de Carmen, ND, Pau y en el blog del club, que lo tiene Newland en préstamo.

Aún no sabemos qué leeremos en 2017, conociéndonos, cualquier cosa. Aquí todo es posible, que si Pau nos manda libros de chick-lit, ya todo puede ser.


P.D. Si queréis saber más sobre Juan Valera, ESTE HILO