En enero he hecho otras cosas también
EN LA TELE
He visto las dos últimas temporadas de Friends y muy bien, aunque cuando las ves seguidas te das cuenta del bajón de calidad en la novena y de lo bonitos que son los últimos episodios en la décima. Muy bien. Dentro de unos años, otra vez.
Otra vez a raíz de un tuit he llegado a algo que no hubiese visto de otra manera y devoré Muerte en León, un documental sobre el asesinato de Isabel Carrasco. Muy bien contado, con imágenes reales del juicio (horroroso el abogado que conjuga el verbo inducir) y entrevistas a muchas personas cercanas a todas las implicadas en el caso. No cierra del todo el tema pero me parece algo a favor del documental. Obviamente es imposible no sacar tus propias conclusiones.
También he visto, a capítulo semanal, la última temporada de Sherlock. Si es la última me ha gustado el cierre. Si no, creo que también. No es comparable a las dos primeras temporadas, que se ceñían más a los casos clásicos y que, creo que precisamente por eso, me gustaban más. Pero me ha entretenido y es lo que le pido. Desde hace un tiempo no le pido al ocio que me cambie la vida ni me lleve a grandes profundidades.
También he visto la segunda temporada de Isabel. Tengo poco que decir, me gustó más la primera y no entiendo que los episodios de las series españolas tengan que durar una hora y cuarto.
Y por último, The good place, que me lo he pasado fenomenal en sus trece capítulos y que no puedo ser más fan de las temporadas de pocos capítulos. Eleanor llega al Cielo (The good place) y rápidamente se da cuenta de que ha habido un error. Y a partir de ahí, pasan cosas. Me ha gustado el giro del final de la temporada y espero con impaciencia la segunda.
EN TEATRO
25 años de Yllana: nunca había visto nada suyo y como primera aproximación está muy bien. Algunos ratos se me hicieron pesados pero en otros reía histéricamente así que el balance es bueno.
Hay que ser muy divertido para simular ser un pájaro y que tenga tanta gracia.
El alcalde de Zalamea: otra que ya no está en cartel. Pero es fantástica: verso, Calderón de la Barca, drama, la inmensa presencia de Carmelo Gómez, esa voz, ese todo...
Me encantó, lo pasé muy bien y cómo me gusta reconciliarme con Helena Pimenta cuando hace montajes que tienden más al clasicismo.
Las brujas de Salem: esta sí la podéis ver hasta el 5 marzo en el Teatro Valle-Inclán. Que allá vosotros pero yo intentaría ir. Vale que iba condicionada para bien, es una de mis obras de teatro favorita, la había visto en teatro universitario hace veinte años y me flipó.
La historia ya es sabida: una caza de brujas, sospechosamente parecida a la de MacArthur en Hollywood, en la que todos son sospechosos y en la que no se necesitan más pruebas que el que alguien te señale con el dedo. Simplemente con eso ya eres culpable.
Me gustó mucho, eso sí, son casi tres horas sin descansos. Y hay unas introducciones por parte de los actores explicando obviedades que para mi gusto sobran y te despistan de la historia. Sobre todo una en la que Arthur Miller dice que le hubiera gustado escribir sobre el mismo tema pero algo más cómico...a ver, Arthur Miller, que eras lo más soso de la vida, hijo...
Y colorín colorado, en marzo volvemos a contar la vida culturetilla.