Íbamos para todo lo que necesitábamos. Cuando teníamos sed, claro, y cuando teníamos hambre, y cuando estábamos muertos de cansancio. Íbamos cuando estábamos contentos, a celebrar, y cuando estábamos tristes, a quedarnos callados. Íbamos después de una boda, de un funeral, en busca de algo que nos calmara los nervios, y siempre antes, para armarnos de valor tomando un trago.
Así empieza El bar de las grandes esperanzas (Tender bar, en el original, que tiene bastante más sentido y permite hasta juegos de palabras), las memorias de J.R. Moehringer, ganador de un Pulitzer de periodismo en el año 2000.
¿Y cómo llegas a estas memorias? Fácil, porque este señor se ha hecho famoso por el ser el autor de las memorias de André Agassi (Open, aunque Open es posterior), que aunque aparezca Agassi en la portada en realidad no lo ha escrito él, de hecho, al final agradece a Moehringer haber sido tan generoso como para escribir el libro y no figurar como autor, que es una cosa muy disparatada, como si Agassi fuese el primer famoso al que otro le escribe las memorias.
Y como Open me gustó mucho, y también lo recomiendo, pues tenía ganas de leer las memorias de este señor.
Obviamente, están bastante noveladas porque hasta lo más crudo lo cuenta en bonito, sin regodearse demasiado en las penalidades de una infancia llena de dificultades económicas y familiares. Cuenta cosas muy crudas (ese ir y venir de casa de sus abuelos cada vez que a su madre se le acababa el dinero para poder vivir independientes, los muebles remendados con cinta aislante, el padre ausente que no es más que una Voz en la radio...) sin darles demasiada importancia, incluso buscándoles el lado cómico. Personalmente lo agradezco porque es un libro que de antemano parece que va a ser un sinfín de penas y calamidades. Y no. Hay penas y calamidades pero también alegrías y risas...hay de todo, porque el autor nos cuenta su vida desde que es un niño pequeño hasta los veintitantos, realmente lo que cuenta es su proceso de hacerse mayor, convertirse en un hombre, que es uno de los temas recurrentes, esa necesidad de ser un hombre, relacionarse con hombres, ser uno de ellos...
Lo que más me ha gustado es la facilidad para dialogar, todo suena creíble, la gente real habla como en este libro. No es por los tacos, que también, sino por lo naturales y fluidos, que no suele ser lo más habitual.
Lo que menos me ha gustado es que las últimas 80-100 páginas pierden un poco el tono y el ritmo. Aunque eso no impide que sea un libro estupendo y bastante recomendable.
"La vida era siempre cuestión de montañas y cuevas: montañas que debemos escalar y cuevas en las que escondernos cuando no somos capaces de enfrentarnos a nuestras montañas."
"El miedo será el combustible de todos tus éxitos y la raíz de todos tus fracasos, y el dilema subyacente de todas las historias que te cuentes a ti mismo sobre ti mismo. ¿Y cuál es la única posibilidad que tienes de vencer el miedo? Ir con él. Pilotar a su lado."
"La vida, dijo, es guerra. Una secuencia interminable de batallas, conflictos, emboscadas, escaramuzas, con unas escasos y brevísimos interludios de paz."
"El miedo será el combustible de todos tus éxitos y la raíz de todos tus fracasos, y el dilema subyacente de todas las historias que te cuentes a ti mismo sobre ti mismo. ¿Y cuál es la única posibilidad que tienes de vencer el miedo? Ir con él. Pilotar a su lado."
"La vida, dijo, es guerra. Una secuencia interminable de batallas, conflictos, emboscadas, escaramuzas, con unas escasos y brevísimos interludios de paz."
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